A medida que la ciencia avanza en nuevos descubrimientos e investigaciones acerca de las plantas y los microorganismos encaminadas a cómo ser más eficiente en el uso de los recursos naturales, conceptos como el desarrollo sustentable y sostenibilidad agrícola han adquirido relevancia los cuales se suman al enorme reto que tenemos como especie de producir más alimentos a medida que nos acercamos a la fecha límite del 2050 en la que organismos internacionales como la FAO han establecido para alcanzar dicho objetivo. Si a esto se le añade el encarecimiento de los recursos naturales como el agua y el suelo, pareciera que la meta se vuelve cada vez más lejana.

Tractor agricultura SMEAP

¿Qué significa el término sostenibilidad?

Veámoslo con un ejemplo; actualmente la tierra tiene un poco más de 15 hectáreas bioproductivas por persona, pero la huella per cápita promedio es de 22 hectáreas. Esto significa que cada persona en la tierra, en promedio, está utilizando siete hectáreas más de tierra productiva de la que hay disponible, a esto se le conoce como rebasamiento.

Lo opuesto al rebasamiento es la sostenibilidad, es decir, vivir dentro de los límites del medio ambiente. Para lograrlo, el enfoque de un desarrollo sostenible debe contemplar al menos tres pilares importantes: Ambiental, Económico y Social, como se muestra en la figura1.

Pilares del desarrollo agrícola sostenible SMEAP
Figura 1. Pilares del desarrollo agrícola sostenible

En resumen, cada vez habrá menos tierra y recursos y más población que alimentar. En este panorama ser más eficientes no es una opción. Si queremos sobrevivir como especie, la eficiencia productiva será una obligación.

La agricultura es una actividad compleja. En principio el suelo es el principal medio donde se desarrollan las plantas. Actualmente, el 95% de los cultivos básicos y agroindustriales sigue siendo en suelo. En este sentido, durante muchos años se ha puesto el foco en la fertilidad química, es decir, proporcionar de manera artificial los elementos que las plantas demandan para ser altamente productivas. Sin embargo, ha habido un descuido en la fertilidad física, la cual es responsable de brindarle condiciones aptas a las raíces para que intrinsecamente se traduzca en un menor gasto de energía, y en consecuencia un mayor rendimiento en la parte aérea llámese tallos, flores o frutos.

Por último, algo que apenas se empieza a entender es la fertilidad biológica del suelo, la cual está relacionada con los microorganismos que han convivido por miles de años con las plantas y brindado condiciones para sobrevivir, incluso antes de la aparición de los fertilizantes.

Las prácticas agronómicas

A través de los años, se han desarrollado prácticas agronómicas como el aporte de fertilizantes químicos, el ajuste de pH, aporte de materia orgánica y regulación de la humedad siempre con el objetivo de producir más. Aun con todo esto, la omisión o desconocimiento de la actividad de muchos microorganismos ha provocado que algunos reduzcan a niveles mínimos sus poblaciones lo que ha dado lugar a problemas como la inmovilización de nutrientes y estrés en los cultivos y como respuesta a estos nuevos problemas se han desarrollado bioestimulantes y reguladores de crecimiento, por mencionar algunos.

El suelo, además de la producción de alimentos, es parte de un ecosistema con una serie de funciones como filtrar el agua hacia los mantos acuíferos, regular la temperatura del ambiente, entre otros servicios ecosistémicos que permiten la vida de otras especies en el planeta.

Esto nos demuestra que debemos voltear a explorar ese reino de microorganismos que han estado desde el origen del suelo, mucho antes de la existencia de las plantas y animales y como hacerlos aliados importantes para alcanzar la sostenibilidad agrícola al mismo tiempo que se produzcan los alimentos requeridos para subsistir.

¿Qué podemos hacer?

En este corto texto te hemos brindado un panorama muy general sobre la importancia que tienen los microorganismos en el suelo para la sostenibilidad agrícola.

Ahora bien, para una mejor comprensión del tema, en necesario estudiar a detalle las relaciones que existen entre estos microorganismos y las plantas, pero no solo eso, también la relación con otros microorganismos y su organización y cómo estos pueden contribuir a una mayor eficiencia de los nutrientes y una menor incidencia de patógenos que desarrollan enfermedades, lo que se traduce en un mejor rendimiento y calidad de las cosechas.

Es por ello, que decididos a contribuir en este tema, desarrollamos para ti el curso de “Microorganismos aplicados en la agricultura” en el que durante seis clases se abordarán los principales ejes temáticos para aplicar de manera adecuada microorganismos en tus cultivos.

Tus mentores en este curso te compartirán toda su experiencia sobre el tema, desde los conceptos clave para entender el desarrollo de un producto comercial con microorganismos, las condiciones a tener en cuenta para su aplicación y una robusta descripción de cómo se identifican, evalúan, aíslan y reproducen los microorganismos que han demostrado propiedades benéficas para las plantas.

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1 Comment

Pablo Enrique Rubio · 26/02/2023 at 07:39

Agradecería las fuentes de los datos. Qusiera profundizar.
Estamos cambiando el concepto de «aportar fertilidad» a «construir fertilidad». Y el camino inicia con la fertilidad fisica. Sin aire y agua, las raices limitan el potencial.
El otro mundo poco conocido es el del manejo del estrés de cultivos.
Nuestra cultura, educación profesional e intereses económicos, han hecho que estemos pensando con los pies. Salud!

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